Te veo en la pantalla,
joven, delgada,
confusa, nerviosa,
como un trémulo pajarillo
que camina en un alambre.
No puedes caer;
agarras las nubes con tus manos
en la inútil ilusión
de alcanzar el otro lado.
Allí, un nuevo alambre te espera;
más fino, más esquivo.
Así, una y otra vez
en un viaje infinito.
Bajo tus pies, un pozo
colmado de pesados olvidos.
Un movimiento en falso
y caerás al abismo,
donde la muerte en vida
borra los recuerdos
como la tecla de un ordenador averiado.
Te veo en la pantalla,
trémula como un pajarillo
y tu imagen me devuelve
mi pasado.
Noviembre 2022