Cuando te fuiste
caí en un mar sin fondo,
donde el dolor y la culpa
como plantas agotadas,
luchaban impasibles
por un rayo de sol.
Cuando te fuiste
un trozo de mi ser
se perdió para siempre,
atrapado en el silencio
de un baúl vacio
y un armario hueco.
Nos hundimos,
cuando te fuiste;
pequeños barcos
sin luz y a la deriva
vagando en el lodo
de la melancolía.
Cuando te fuiste
aparté tu recuerdo,
lo enjaule en mi mente
como se enjaula a un lobo
que triste y frenético
aúlla a la luna.
Te perdí cuando te fuiste
pero a veces oigo
tu risa de niña
obligada a crecer
entre el dolor y el hambre
de una España negra.
Eras nuestra alma,
la pieza central
de un puzle dislocado.
Arañando la alegría,
de ese cielo azul
que tanto amabas.
Ahora lo sé,
un poco de ti
vive en todos nosotros;
tu dulzura,
ese fue tu regalo
cuando te fuiste.
Dedicado a mi madre Nuria Carresi (1940-1999)
Noviembre 2017