Adios 2023 – Hola 2024

Querid@s amig@s

Lo primero, gracias por seguirme. No estoy muy prolífica y últimamente no publico mucho en el blog. Tengo un proyecto, una novela que me está costando un gran esfuerzo. Supongo que entre subidas y bajadas de moral, algún día la terminaré.

En cuanto al año 2023, no me puedo quejar, de hecho, viendo como esta el mundo con todos sus horrores, mejor no hacerlo.

Esta foto pertenece a mi infancia, como habréis podido imaginar. Vivía con mi abuela en Barcelona, mientras mi madre luchaba en Madrid para hacerse un hueco en RTVE. Lo consiguió y a los seis años mi abuela y yo viajamos a Madrid y mi vida cambió por completo. El principio fue muy duro, sufrí acoso escolar y me tuvieron que cambiar de colegio, pero poco a poco me fui adaptando.

De Barcelona sólo tengo buenos recuerdos y mucho amor de mi familia materna. Ese amor me ha servido para superar momentos difíciles y me ha ayudado a ir siempre hacia adelante. Prueba de ello es intentar escribir una novela a mi edad después de: haber sido actriz, dirigido teatro, dado clases de inglés, creado una revista con mi marido y haber rescatado algo así como treinta gatos a lo largo de mi vida. Es muy importante que l@s niñ@s sean muy queridos, sobre todo cuando son pequeños. Eso les ayudará para siempre a luchar por sus sueños, aunque estos se frustren una y otra vez.

Espero que tengáis un año genial y la energía para llevar a cabo todos vuestros proyectos.

Un abrazo y Feliz 2024

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Niños y bombas no encajan

Risas de labios suaves.

Piel con olor a talco

convertida en mapa

de heridas infames.

Noches sin sueños.

Pesadillas de silbidos

rompiendo el aire

con fuego de dragones.

Cerezas y no sangre

para los niños arrojados

a las balas y al terror.

Hambre y sed en las venas.

Polvo negro.

Tierra oscura en las manos

que tiemblan como mariposas.

Mil ojos dormidos

sin futuro, sin pasado.

Sábanas blancas

esperando el olvido.

Octubre 2023

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El rojo Caballero

Te has marchado,  amigo

como nube arrastrada por el viento,

llevándote un futuro

de palabras sabias

y abrazos sinceros.

Te has marchado, amigo

sin darnos tiempo

a la despedida,

tan precipitado

tu vuelo infinito.

Te has marchado, amigo

pero he visto tu huella

en lágrimas derramadas

por tu ausencia

tan presente, tan etérea.

Te has marchado, amigo

te echaremos de menos

cada vez que se agiten

banderas rojas

y escuchemos versos

de poetas rebeldes.

Dedicado a Carlos Caballero 27/06/2023

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Elecciones y energúmenos

No te lo vas a creer pero es que yo todavía no salgo de mi asombro. No sé por qué me pasan cosas tan extrañas cuando voy a votar. Fíjate, la vez que fuimos Jonathan y yo a votar para las elecciones europeas, encontramos un gatito maullando desesperado en unos jardines cerca de casa, escondido entre las plantas. Era en primavera, Jonathan se marchó a casa en seguida.  Dijo que no había problema en que nos lo quedáramos, pero como habíamos estado trabajando toda la noche estaba cansado. Yo me quedé allí casi una hora oye, no sabes lo que me costó cogerlo. Era gris, atigrado y precioso, bueno sigue siéndolo, atigrado y precioso también, pero ahora es enorme. Es un buen gato pero el pobre tiene asma. Tengo un buen recuerdo de esas elecciones por Shakespeare, es que el gato se llama así porque acabábamos de terminar una revista que iba sobre Shakespeare. Pero como decía,  no me puedo creer lo que me ha pasado esta vez, en estas elecciones, de verdad te digo que me he quedado pasmada. Jonathan vino para acompañarme, él solo puede votar en las municipales. Pues como te decía, salimos de votar y entramos en un bar cerca del colegio, el mismo colegio que en las europeas. El bar estaba lleno, es un bar de esos que en verano tiene mesas fuera y es muy cómodo, ya sabes, pero que por dentro el espacio de la barra es muy reducido. En realidad las mesas para comer ocupan casi todo el bar. Conseguimos acercarnos a un hueco que había en la barra y pedimos dos mostos. Jonathan últimamente tiene un poco mal la rodilla y mire a ver si había alguna banqueta libre. Entonces vi, que detrás de un hombre que estaba de espaldas, había una banqueta con un móvil enchufado a un cable, así que supuse que lo estaba recargando. Le dije: Perdona. Se giró y al girarse me fijé, no sé por qué, que encima de  la barra tenía una carpeta de Vox. Mira, cuando vi la carpeta un escalofrío me recorrió la espalda y se me erizaron todos los pelos de mi cuerpo como a los gatos. Aun así, con una sonrisa le pregunte si por favor podía quitar el móvil para poder usar la banqueta.

Bueno, bueno como si le hubiera dicho acabo de descuartizar a tu padre o algo parecido. Primero me dijo un no contundente, oye. Viendo el panorama y que llevaba unas gafas negras, de noche, en un bar, pensé dejémoslo correr porque este tío está de la olla. Vale -le dije. Pero te crees que eso le hizo parar, no señor, casi se vuelve loco y me empieza a decir que para que use yo la banqueta la usa el y que no le da la gana de mover su móvil de la banqueta porque él la había cogido y no sé cuántas locuras más. Un tipo de unos treinta y tantos, bajito y patético pero peligroso. No sé si tendría problemas con su mujer, que la pobre estaba a su lado muerta de vergüenza intentando calmarle, casi en susurros. Hubo un momento al principio cuando se giró y vio a Jonathan, que vale, ya no es un chaval pero sigue teniendo los hombros de un jugador de rugby, que parecía que  el tipejo se iba a cortar, pero ya sabes cómo es Jonathan. Él tranquilo, bueno la verdad es que más que tranquilo estaba alucinado, no entendía nada. Llame a la camarera y le dije: Mira por favor, no me traigas los mostos.  Estaba tan alterada que hubiera estrellado la cara de ese energúmeno contra la barra pero le dije a la camarera, en voz alta, para que me oyera todo el mundo: Nos vamos porque este hombre nos está molestando y ofendiendo. Nos dimos la vuelta y el hizo un gesto lleno de rabia con su mano como cuando se aparta a las moscas y dijo: Pues ala adiós. Nos fuimos. Puede que fuera un gesto cobarde, pero, de verdad que ese tío no estaba en sus cabales. Cuando salimos del bar le dije a Jonathan: ¿te imaginas lo que nos espera si algún día gentuza así llega al poder? Pero él  no lo entiende, simplemente piensa que ese hombre era un loco pero yo les conozco bien, ya sabes, gente así venía al instituto con bates de beisbol para abrir cabezas. En fin, ya ves que cosas más raras me pasan en las elecciones.   

Escrito en 2020

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El alambre y los recuerdos borrados

Te veo en la pantalla,

joven, delgada,

confusa, nerviosa,

como un trémulo pajarillo

que camina en un alambre.

No puedes caer;

agarras las nubes con tus manos

en la inútil ilusión

de alcanzar el otro lado.

Allí, un nuevo alambre te espera;

más fino, más esquivo.

Así, una y otra vez

en un viaje infinito.

Bajo tus pies, un pozo

colmado de pesados olvidos.

Un movimiento en falso

y caerás al abismo,

donde la muerte en vida

borra los recuerdos

como la tecla de un ordenador averiado.

Te veo en la pantalla,

trémula como un pajarillo

y tu imagen me devuelve

mi pasado.

Noviembre 2022

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Viejo

«A good friend» by Karl Reichert

Viejo sí, piel y huesos.

La mirada perdida,

soledad y miedo.

Con este baile de luces,

espero, espero.

“Quédate ahí.”

Aquí estoy, pero   

vosotros ¿Dónde?

no os encuentro.

Me duelen los huesos,

pero el otro dolor

me quema por dentro.

Aquí estoy, aquí me quedo.

Aullaré a la luna

para que os busque.

Gritaré a los árboles

con mi lamento.

Estoy aquí atado,

no puedo veros,

sólo este baile de luces

que me deja ciego.

Septiembre 2022

Dedicado a los perros abandonados, sobre todo a los viejos, que acaban en la carretera o en las perreras después de toda una vida con sus dueños.

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El jardín que espera la lluvia

Jardín dormido – photo by Marina Carresi

Un silencio de nubes

cubre la tarde.

El sol se oculta

cansado de la furia veraniega.

Los árboles verdes

como estatuas milenarias,

esperan pacientes la lluvia,

que ha decidido ocultarse

como si no encontrara su sombrero.

Una urraca nerviosa se enfada

porque el agua del pilón

se ha evaporado;

Y una lagartija intrépida

se esconde por la cercanía

del pájaro negro y blanco.

Suavemente, el viento viene a saludarnos,

alegrando a las flores, que despiertan

con la levedad de un sueño perezoso.

Un loro de canto estridente

avisa de algo a sus amigos,

pero no entiendo su misterioso diálogo.

Y así, renovada por su suave caricia,

me despido del jardín hasta más tarde.

Marina Carresi 29-Agosto-2022

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ÁRBOLES DE LUZ NARANJA

Y llego allí, y os veo,

y vuestros brazos verdes

sacuden mi cabeza

con bailes de viento.

Os escucho susurrar

bajo mis pies cansados,

y él, que me guía y me ama

me incita a la prisa.

Pero no puedo seguirle,

pues el olor de la hierba seca

me sujeta a la tierra.

Y esa luz naranja

se posa en vuestra piel,

y quiero agarrarla, atraparla,

llevarla en mi viaje;

ese pesado viaje, oscuro,

lleno de silencios y sombras,

de retorno a las duras luces

de la ciudad sin luna.           

                                              Septiembre 2021

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Soñé que Parí la Tierra

Soñé que estaba de parto,

soñé que parí la tierra,

a mi costado mi madre

ayudando de partera.

En mi útero terráqueo

flote por dentro de ella

y con un vuelo rasante

en libertad y sin fronteras,

me convertí en un águila

con alas y plumas negras.

Acaricié el mar volando,

sobrepasé cordilleras,

un Chamán de voz profunda

danzaba junto a una hoguera.

Y al despertar, una lagrima

Me dejó un surco violeta.

                                                                              22 Abril 2022     

Este dibujo lo hice a los 24 años. Está basado en un sueño.

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La Jaula de Europa

Interior with Ida in a white chair .*oil on canvas .*57 x 49 cm.*signed b.r.: VH .*1900

Revuelta el alma,

mis ojos vuelcan

el dolor contenido

de las águilas sin alas.

Perdida en la oscuridad

de la impotencia

ante la sangre derramada,

grito al vacío.

Atrapada en el abismo

de mi encierro,

de mi caos sin salida,

de mi jaula construida

con mis propias manos,

bebo la taza amarga

de un pesado silencio

en esta autoimpuesta

cuarentena de mil años.

Mientras, lucho contra el tiempo

que avanza sin piedad

arrancándome la vida.

Madrid 13 marzo 2022 en homenaje a las víctimas de Ucrania.


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